Con tus uñas clavadas en mi cuello
moriría, creyendo que dos rosas
con sus espinas fieras y celosas
señalaban mi muerte con el sello
de las muertes gloriosas.
Estos versos, que Pío Baroja escribió en 1914, iban dirigidos a una mujer enigmática, capaz de enamorar a damas y caballeros: hablamos de Tórtola Valencia, la bailarina que con sus danzas orientales conquistó los escenarios de medio mundo y se convirtió en el símbolo del exotismo a principios del siglo XX. Tan famosa era que la casa Myrurgia la eligió para representar a la Maja que aparecía en su línea de cosméticos más conocida, y esta imagen ha llegado hasta nosotros. Sin embargo, su vida privada siempre fue un misterio, aliñado con las mentiras que la misma Tórtola iba difundiendo: pretendió ser hija de un Grande de España y se jactó de haber provocado el suicidio de varios amantes despechados, cuando en realidad nada se sabe de sus padres y el hombre que la acompañaba era conocido por sus tendencias homosexuales.
¿Quién era de verdad Tórtola Valencia? María Pilar Queralt ha repasado toda la vida de la artista recurriendo a documentos hasta ahora inéditos, y su trabajo nos devuelve a una mujer an-tes envuelta en sombras y confinada en el baúl de los recuerdos.
La opinión del editor:
Fue una mujer fuerte, obstinada, que cuidaba su trabajo hasta el punto de diseñar ella misma todo su vestuario. Murió pobre y olvidada por todos. Su historia merecía un homenaje.